Como dice el corrido de Jose Alfredo -lo conocí desde niño, fuimos juntos a la escuela-, aunque no en el mismo grado porque él era un poco mayor, era de los "cerebritos", bueno para las ciencias, buen amigo, un niño como cualquiera de nosotros que ibamos a la escuela primaria en el área rural y pasabamos las tardes jugando a las canicas, al trompo, al béisbol, al fútbol, con la resortera en el bolsillo de atrás y las bolsas delanteras del pantalón llenas de piedras para usar como proyectiles, era buenísimo para el juego de canicas, en una ocasión me regaló un bote lleno de canicas de diferentes tipos y como buen maestro me enseñó algunos trucos para ganar, fué con esas canicas que comencé mi enorme colección que después, cuando hube crecido un poco más le heredé a mi hermano menor quien también era lo que se llama una chucha cuerera para ese juego.
Después de la primaria ya no fuimos amigos, no recuerdo si fué a la misma secundaria que yo o a otra parte, pero se que seguía siendo un buen estudiante, terminó una carrera técnica relacionada con informática con un excelente promedio y todo parecía ir de maravilla pero entonces algo pasó y un día probó las drogas, las comenzó a usar y se volvió adicto, de ahi en adelante cambió todo, en la actualidad lo veo a veces cuando voy al valle, caminando por la orilla de algún canal o un dren agrícola, camina con la mirada perdida, dicen que se volvió loco, si lo saludas no te reconoce, es "El macucho", al verlo me da mucha tristeza y no puedo dejar de preguntarme como hubiera sido su vida de haber ido por otro camino, tal vez lo tendría en mis contactos de las redes sociales como tengo a otros amigos de la infancia y estoy seguro que sería un excelente informático porque como dije, era muy inteligente, tal vez aun lo sea, pero su mente está perdida en otro mundo del que quizá nunca pueda regresar.
Este es un pequeño homenaje para ese amigo de la infancia, el que recuerdo, uno de tantos genios perdidos que cruzan la línea y ya no pueden regresar. Adios amigo "Macucho".